viernes, 14 de mayo de 2010

?Quién eres¿

Tú...

Estás tranquilo, bebiendo sentado en tu sitio, esperando a que algo ocurra cuando de repente notas un impulso, una energía que revolotea a tu alrededor. Piensas fríamente y miras, pero sólo ves una fosa común de gente, un montón de cuerpos sin alma ni espíritu, una masa de moribundos.

Pero notas un pinchazo, hay algo allí, entre toda esa muchedumbre hay alguien o algo que te manda un señal, que recibes pero no eres capaz de interpretar.

Debe ser una persona, debe ser quien he estado buscando todo este tiempo, alguien que no esté muerto. Lejos aparece una persona, ni hombre ni mujer, una persona, alguien sin concepto, un cerebro, unos ojos, una nariz y una boca, con capacidad para expresarse.

- ¿Quién eres? - Le digo.

Prefiere no responder, y hay silencio entre los dos, pero hay algo más. Hay algo en mi cabeza que me invita a pensar que si me habla me cambiará la vida, que de repente todo cobrará sentido como por arte de magia.

- ¿Nos conocemos?.

Sigue sin responderme, hay algo en su rostro que me resulta familiar, quizás le haya visto ya aunque le recordaría, era un híbrido mitad hombre mitad mujer, un ser humano al fin y al cabo, pero con algo que jamás había contemplado.

Representaba la tranquilidad, la vida, la muerte, la soledad... Su paz era realmente lo que se metía en mi cerebro y me molestaba, aunque me hacía sentir como en casa, como en mi infancia. Su presencia conseguía calmarme. Era la soledad, la de esos ojos de mirada penetrante, la que te llevaba de un lugar a otro de tu cerebro, descubriendo quién eres, quién eres realmente sin posibilidad de escapar..

Pero también su expresión me sugería la muerte, la soledad y la tranquilidad comenzaban a convertirse en uno, de hecho ya lo eran. La soledad eterna, la paz que te arranca los nervios y los destroza quedándolos en nada, qué era eso si no muerte, el contínuo descanso, el fin.

Y la vida, él era la vida, él era la soledad y la tranquilidad, tenía un fin, que era la muerte, pero había un camino, el camino que conducía hasta todo eso. El camino, la evolución, la regeneración de un ser, el ciclo y la naturaleza humana. Era el ser del principio y el fin, era la vida lo que se me presentó allí, y me obligó a vivirla. Ya no podía rechazarla, se volvió tan fuerte que no había vuelta atrás.

Me dió el sentido de todas las cosas, me lo dijo todo, fue la única vez que habló, y ahora todo está en calma.

Va siendo hora de atarse y encerrarse, de no seguir con esto por ahora. De cerrar la puerta. De abrir la cama. De soñar con algo mejor. Mañana puede ser un gran día.

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